A lo largo de nuestra vida, pocas experiencias son comparables a contemplar el cielo estrellado en una noche oscura, a sobrecogernos con un eclipse, a despertar con la impresión del sol naciente. Probablemente estas sensaciones han acompañado a los humanos desde nuestros orígenes, desde aquel lejano día en que por primera vez alzamos la vista para contemplar el cielo y comenzar a hacernos grandes preguntas. Durante milenios, la fascinación por la inmensidad del Cosmos y por los acontecimientos celestes que podíamos observar ha caminado a nuestro lado, sea por el terror que algunos fenómenos astronómicos inspiraron, por la creencia irracional de que nuestro destino pudiera estar escrito en las estrellas, o por la propia inquietud científica que surgió en el mundo clásico y cristalizó en el Renacimiento. Todo ello ha quedado plasmado en numerosas obras de arte pertenecientes a diferentes culturas y épocas: grabados medievales, delicados manuscritos de seda, lujosas ediciones de libros iluminados, lienzos de afamados pintores, ¿ en todo ello ha quedado la huella de nuestra percepción del Universo y el lugar que ocupamos en él.
Esta actividad se enmarca en el proyecto Cultura con C de Cosmos coordinado por el Centro de Astrobiología (CSIC-INTA).